24 septiembre, 2018

el verano se va y deja tras de sí un tiempo desordenado en el que las rutinas y buenos hábitos se los lleva el calor, todo se hace de cualquier manera, como con desgana, la luz que hace entornar los ojos, que deja la naturaleza desgastada y de un color pálido casi empolvado va cambiando poco a poco, el sol va siendo menos él aunque el veranillo del membrillo se empeñe en decirnos lo contrario, irá cayendo como cansado hasta que las mañanas sean como atardeceres y entre agazapado por las ventanas
el otoño es el tiempo de la tierra, vivificante y productivo, de colores densos y cálidos, de recolección de frutos y sementeras, de llegada de las grullas, de sonidos de berrea y de aromas profundos

como los árboles, espero ansiosa la bajada de las temperaturas y la lluvia y sueño con lugares donde las hojas caídas no se barren

 

especie: bellotas de encina Quercus ilex y coscoja, Quercus coccifera, uvas tintas y hojas de vid Vitis vinifera, conchas de caracol común Helix aspera, fragmentos de conchas marinas, lígulas de girasol Helianthemum annuus, nácar de conchas marinas, flores de hortensia Hydrangea macrophylla

 

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