

desde el comedor se habría una amplia terraza de madera gastada, con contornos limitados por macetas de mirtos , al rededor, un bosque de hayas y tilos cuyo verdes aún estaban por estallar
el cuaderno de notas y unos prismáticos reposaban sobre un tronco de fresno cortado a modo de mesita baja, al lado, dos sillones tapizados de lino gris
se levantó un fresco viento que me hizo estremecer, el sol era apenas ya un punto anaranjado sobre las copas de los árboles. Cogí una manta y me hice un ovillo entre sus pliegues
él apareció por la puerta con dos vasos de vino de Oporto, y bajo un dosel perfumado de glicinias florecidas brindamos, y callados escuchamos dos autillos que comenzaban su charla en la espesura del bosque
mientras, ya sólo en el borde de las hayas, quedaba el leve resplandor de un cálido día de primavera
especie: ramas florecidas de glicina Wisteria sinensis
recolección: Ciudad Real
ref: 382
Volver