

los semillas de los arces disponen de su propia propulsión, son las “aviadoras” más simples, estables y eficientes que la naturaleza ha creado, pero la variabilidad de formas que poseen estas sámaras, hace que no todas puedan volar debido a problemas en el diseño de sus palas voladoras, como las que caen unidas a sus hermanas, las simples pero con alas pequeñas, las que tiene algún defecto en la anchura, curvatura del borde, ángulo que forma el ala con la semilla, etc, estas caen desplomadas a los pies del su madre árbol donde se muestran todas las formas de alas, algunas de las cuales ningún ingeniero aeronáutico estaría dispuesto a utilizar, pero la mayoría son capaces de ralentizar su vuelo autorrotante y desplazarse en su aterrizaje
pero si estas semillas de buen diseño tiene la suerte de ser elevadas por vientos ascendentes, las corrientes turbulentas las harán flotar, se elevaran por encima de las copas de los árboles y entonces sí
¡sé volar, sé volar, hasta el infinito y más allá!
especie: sámaras de arce blanco Acer pseudoplatanus
recolección: Ciudad Real
ref: 1114
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