

me atraen las escrituras que no pueden ser descifradas, alfabetos imaginados que parecen significar aquello a lo que las palabras no llegan, a veces es interesante ir en contra de las grafías que han de ser verbales, con sentido, legibles y descifrables y poder hacer algo que sea una incógnita, enteramente visual, sinsentido, e ilegible
para ello hay que hacer creer a la mente que estamos delante de un texto, buscando la disposición en el espacio de la grafía, la repetición, la alternancia, la simetría, el ritmo…,
cuando comenzamos a leer la forma se disipa, el sonido se impone sobre la imagen, cuando leemos se calla la visión, pero cuando se ve, se oculta la lectura
este es un texto para mirar, no para leer
especie: frutos del anzuelo o anzuelillo Astragalus hamosus y semillas de arizónica Crupressus arizonica
recolección: Ciudad Real
ref: 147
Bellísimo trabajo, Soy amante de la escritura asémica y de alguna manera la practido pero no consignos trazados. Estas semillas con las que generas un texto, me confirma esta idea, así como estoy convencida de que es posible «escribir con tozos de papel bordado o con el hilo mismo sobre papel, cosa que practico.
Mis felicitaciones.
Gracias Patricia, a mi también me maravilla esa forma de crear grafías calladas, Mirtha Dermisache, autora argentina, es mi inspiración. un beso