

subía el camino suavemente, bordeando la umbría del valle de Alcudia en la ladera de Sierra Madrona
llegamos a una altura suficiente para contemplar los jirones de niebla que envolvían como pañuelos de seda, las encinas agrupadas en las dehesas de los piedemontes
varias parejas de buitres se dejaban caer desde los cantiles cuarcíticos con la esperanza de encontrar una corriente térmica que los elevara sobre los cortados
el sonido lejano de las esquilas de las vacas, el balido de las ovejas y el bellísimo canto de las grullas, enriquecía el paisaje quieto y brumoso
cogimos madroños como si fueran tesoros, porque de toda la belleza que llegamos a contemplar, era lo único que podíamos traernos de regreso
esta foto es el testimonio de un momento feliz y encierra en cada uno de los frutos, los colores de la preciosa luz de una mañana de domingo
especie: madroños Arbutus unedo, en diferente estado de maduración
recolección: Sierra Madrona. Ciudad Real
Ref:556
Volver