

el cerebro es extraordinariamente sensible a la diferencia y al contraste, al igual que sentimos placer al agrupar visualmente objetos parecidos en un todo más amplio, también nos encanta detectar que hay algo distinto que no encaja en el patrón, por eso hace tan buena pareja la armonía y la sorpresa, pero al mismo tiempo la sorpresa nos desestabiliza un poco por alterar la placidez de la visión ordenada al tiempo que introduce una nueva mirada, establece un dialogo entre lo que sucede y lo que esperábamos que sucediera
el tronco de un árbol vestido de crochet multicolor, un poema corto escrito en el suelo de una calle poco transitada, una nota de amor en puerta de la nevera…, nuestro mundo pasa a tener momentos fugaces de alegría bajo las múltiples capas de nuestra vida cotidiana
cada uno de esos momentos por efímeros que parezcan son pequeños placeres de la vida
especie: conchas de molusco sin determinar
recolección: Playa de Mazagón, Huelva
ref: 1553
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