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regreso

volvimos durante unos días a La Garganta, a encontrarnos de nuevo con la magia de lugares, paisajes y naturaleza, a la tierra de castaños y robles, de nieblas y nieves cada vez más escasas, de colores casi olvidados y de

año cuatro

os mentiría si os dijese que durante estos cuatro años y más de mil de imágenes no he tenido el deseo de abandonar, se hace difícil la disciplina para alguien bastante caótica como yo, pero también el agotamiento de ideas

invierno de fin de semana

la previsión para los próximos días es la llegada del frío, se anuncia cono si fuera un armagedón bíblico, no será para tanto pero me ilusiona notar el cambio de temperaturas, sentir la brusquedad de la naturaleza para celebrarlo he

contradicción

la pequeña avispa que poliniza las flores internas del higo nace y muere dentro de ellos, tan solo ve la luz del día en el trayecto desde el higo macho al higo hembra y cuando muere dentro del fruto, sus

traducción

tal vez no sea casual que los majuelos del rosal silvestre y las espinas de sus tallos destaquen pos su color llamativo, son mensajes que van dirigidos a dos actores diferentes, los frutos destacan brillantes para que las aves puedan

rojo y negro

en la naturaleza el rojo puede significar peligro, por ello hay muchos animales sobre todo insectos que para protegerse avisan de su toxicidad con un brillante color rojo en sus caparazones o en su piel, nada se dice del color

otros colores

estos frutos pasan desapercibidos porque parecen tallos secos en el extremo de las grandes y extensas matas de jaras, pero una mirada más cercana nos permite admirar sus delicadas formas estrelladas que se despliegan al madurar el otoño no sólo

se inicia la carrera

el frío da el pistoletazo de salida a la caída de las hojas y a la absorción de sus pigmentos y nutrientes antes de dejarlas ir, las hierbas que aún tienen tallos verdes comenzarán el mismo proceso pero necesitan contar

la vida sin nosotros

la huerta ya no tiene quien la cuide, las hierbas altas de estramonio han cercado las pocas matas que quedan de sandías, abiertas al sol de otoño, los melocotones que se abarrotan en las dobladas ramas están llenos de lunares

hinojo

huele a berenjenas ensartadas y a aceitunas aliñadas, a campo y a tradición si quieres saborear la eternidad pasea al atardecer por el camino perfumado con ramas de hinojo   especie: umbelas con flores y frutos de hinojo Foeniculum vulgare

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