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sencillez

el color de los capítulos desapareció hace semanas, el cáliz descolorido que pasa desapaercibido entre la maleza reseca, cumplío impecablemente su función de sostén y protección ya no queda adorno en él, la esencia está presente, la belleza es el

rumbo al norte

aquí me tienes en un área de pernocta para caravanas, rodeada de camiones que pasarán la noche junto a nosotros en una especie de comunidad de hogares rodantes es la primera vez que hacemos este viaje con la casa a

pequeños placeres

recorro con la mirada las pseudo hojas del invlucro de la flor, cada prominente nervio teñido de malva, cada fragmento de las láminas divididas en celdillas de tonos aguamarinas y turquesas, los aguijones afilados del borde y me surge la

de nuevo el azulmorado

esta es una toma de una de las inflorescencias aisladas del cardo marítimo que os mostré ayer, es estimulante contemplar especies diferentes a las que estoy acostumbrada a ver en el interior de la Meseta, en realidad es como un

el cardo y sus circunstancias

sobre la duna el cardo marino desatacaba como una estrella en la noche, no había nada a su alrededor que pudiera enturbiar su belleza, era perfecto o era el sol poniéndose sobre el horizonte?, o era la playa ya sin

flor para mamá

sin palabras     ref: 1717

ritmos de la vida

los girasoles cuando son jóvenes giran siguiendo al sol en su trayectoria de este a oeste, pero un día alcanzan su madurez, detienen su danza, y se asientan levantando sus grandes cabezuelas florales hacia el este permanentemente tal vez ya

compresión y comprensión

estas amapolas han estado un año en una prensa para plantas, quería ver cómo se conservaba su color y sus delicados pétalos, y el resultado me gusta por su rareza aunque parecen gritar “sácame de aquí”, se sienten un poco resentidas,

espectadores expectantes

se abrió por la noche, las polillas y quizá algún murciélago se encontraron complacidos rodeados de azúcar, aromas sutiles y silencio y para cuando la luz fue adecuada para fotografiarla ya comenzaba a cerrarse las flores nocturnas tienen su público

instante

los cactus crecen lentamente, su vida transcurre pausadamente, a fuego lento, pero una vez al año, con suerte, siente las prisas y se prepara para florecer, lo hace de golpe y con abundancia pero fugazmente es un privilegio poder presenciar

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