parece que están deseosas de ser fotografiadas, entran en foco como dándose codazos y salen de él por su ansia irrefrenable de protagonismo sólo unas cuantas serán las elegidas, la últimas serán las primeras especie: cápsulas secas de amapola…
parece que están deseosas de ser fotografiadas, entran en foco como dándose codazos y salen de él por su ansia irrefrenable de protagonismo sólo unas cuantas serán las elegidas, la últimas serán las primeras especie: cápsulas secas de amapola…
sobre el suelo se agolpan la nueces caídas de la temporada pasada, nadie las recogió, tampoco las del año anterior, quién sabe desde cuándo, las que están a punto de madurar las contemplan, seguirán su misma suerte la huerta también…
en el camino aún se puede apreciar destellos de primavera, las temperaturas amables y las lluvias caídas hacen que las plantas de estramonio sientan mover la savia, una nueva vida a inicio del otoño como apartar la nostalgia por los pasados…
los tallos florecidos y maduros de los hinojos festejan el otoño, se alinean en los caminos como pasillos de bienvenida perfumados de paja húmeda, tierra mojada y anís y con la ya fresca brisa de la mañana, la suave luz…
si esperas que me acerque para que los ganchos de tus frutos me los lleve prendidos y los transporte gratis a otro lugar, cómo es que pones unas enormes espinas trífidas y afiladas para defenderte de los que se acercan…
paisajes de nieblas de ida y vuelta, bosques antiguos y mágicos, huertas cuidadas y abandonadas, lluvias vivificantes y melancólicas, gentes luchadoras y añorantes es la piel de Galicia que se desprende y se adhiere al alma de los caminantes …
la niebla aparece a girones, sube ladera arriba poco a poco como para avisarte de que te va a hacer desaparecer, como si disolviera lentamente lo que toca y en un instante te sientes sola, desasistida, indefensa es una delicada…
la mirada del caminante se posa unos metros más allá, apenas levanta los ojos para ver el horizonte, su paisaje es el de sus pasos y su objetivo es llegar al final para aliviar su cuerpo cansado, mientras tanto los frutales…
después de una jornada llena de brumas en los fondos de los valles, de colores desparramados aquí y allá, de caminos y carreteras que se entrecruzan, de caminantes descreídos y creyentes peregrinos que se desean Buen Camino, llega la calma…
el calendario japonés divide las estaciones en 24 grupos y a su vez cada uno en cuatro divisiones, con lo que finalmente son 72 microestaciones que abarcan los cambios más importantes de la naturtaleza sus nombres son muy poéticos :…