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presencia

alguna vez os he dicho que una de las mayores recompensas de realizar una foto diaria es la propia rutina, hay cosas que se ven al estar presente todos los días que de de otra forma simplemente no se ven

la timidez de la hierba

es a su manera una planta tímida, es discreta en la manifestación de su impulsos instintivos pero está apunto de florecer a su manera siente la llegada de la primavera, pero con emoción contenida   tallo de gramínea sin determinar.

expectante

en invierno hay que estar atenta a los pequeños descubrimientos que aparecen como motas en la niebla y desaparecen como lágrimas en la lluvia   especie: gramínea sin determinar recolección: La Atalaya. Ciudad Real   ref: 2387

lluvia

en la orilla del río apenas quedaban enredaderas trepando por las eneas, con el calor abrasador su mejor tiempo paso rápido, pero las últimas lluvias han dado un respiro y algunos tallos vuelven a lucir primaverales el agua bendita llega

ciclo

en el río nacen los tallos nuevos sobre las ruinas de los tallos antiguos cuyos fragmentos se entregan a la tierra para reverdecerla la vida y la muerte son amantes que no saben estar la una sin la otra  

tiempo de hibernación

llevamos un par de semanas de hibernación durante los días más frio del invierno, con cielos inmaculados y sol presente pero su calor ausente las inactividad es absoluta en plantas y casi completa en animales permanezco a la espera de

mírame

mírame los tallos de gramíneas podrían haber pasado desapercibidas pero el sol del atardecer las hizo brillar como si hubieran encendido una luz dentro de ellas para dejarse ver entre la maleza cenicienta bien jugado   especie: gramíneas sin determinar

luz

la niebla cubría el paisaje pero en las hojas del cardo quedaban unas briznas de sol estival escondido entre las ruinas de sus tejidos   especie: tallo con hojas de cardo setero o cardo corredor Eryngium campestre recolección: Ciudad Real

la estación de loas árboles trasparentes

entretenida en otras miradas a ras de suelo de pronto descubro que los árboles ya están desnudos, basta unos días de viento para que las siluetas de ramas y troncos oscuros se recorte sobre cielos blancos de niebla, como dibujos

encuentro

a los pies de la pared, los pecíolos de las hojas de la parra virgen se esparcían brillando con la fina lluvia sin que nadie se parara a observarlos, y me pregunté porqué sentía como un maravilloso espectáculo su color

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